Juntos contra el cáncer
El cáncer es un crecimiento anómalo en el cuerpo, son células que se multiplican y logran formar diferentes tipos de tejido que se convierten en tumores benignos o malignos, estos últimos son los que se determinan como cáncer. La detección precoz del cáncer permite enfrentar a la enfermedad desde sus estadios tempranos y así combatirla y hasta llegar a la curación en algunos casos.
El Instituto Nacional de Cáncer sostiene que la mejor manera de prevenir el cáncer es a través de un estilo de vida saludable: hacer ejercicio; llevar una dieta baja en calorías y rica en frutas y verduras; evitar realizar actividades que incrementan el desarrollo de tumores tales como fumar, beber alcohol en exceso, la obesidad y la exposición prolongada al sol. La OMS considera que el 40 % de las muertes por cáncer se podrían evitar mediante un cambio en el estilo de vida, con buenas dietas, actividad física y no consumiendo tabaco.
Para detectar el cáncer existen exámenes que nos permiten saber de su existencia antes de la aparición de los síntomas. Está demostrado que estas pruebas permiten que las personas no mueran por esta causa, disminuyendo también la cantidad de tratamientos.
Los estudios de detección oportuna son pruebas disgnósticas que se hacen personas sanas, es decir, personas que no tienen ningún síntoma. Los estudios se deben realizar sistemáticamente para detectar a los tumores de manera temprana, esto posibilita la mejora del pronóstico y la supresión o reducción de la mortalidad así como de las limitaciones asociadas.
Todas las personas deben realizar una consulta anual con su médico a partir de los 18 años, el médico verá la historia clínica y solicitará exámenes de detección temprana en caso de que sea necesario.
Existen distintos estudios a realizarse de acuerdo con la edad y la historia clínica de los pacientes:
Cáncer de mama: a partir de los 40 años todas las pacientes asintomáticas deben realizar una consulta donde se hace una exploración clínica de las mamas, es decir, una mamografía. En menores de 40 años, es el médico quien define si por su historia clínica o familiar es necesario realizarlo.
Cáncer de cuello de útero: a partir de los 18 años todas las mujeres se debe realizar una citología con colposcopia anualmente.
Cáncer de recto y de colon: en aquellos pacientes que tienen historia familiar de cáncer en sus padres o hermanos se debe realizar un análisis anual.
Cáncer testicular y prostático: de acuerdo con la historia clínica de los pacientes asociado a la edad, aquellos que tienen riesgos se les plantea el estudio sistemático.
Cáncer de piel: debemos realizar exámenes periódicos cada 3 años hasta los 39 años de edad. Posterior a esto se debe hacer una valoración anual prestando especial atención a los cambios de coloración de la piel.
Cáncer de tiroides: no necesariamente tienen que tener una historia de hipo o hipertiroidismo previa en la familia para la aparición de esta enfermedad. Se hace una valoración anual mediante ecografías y análisis de sangre para su detección temprana.
Asi que ya sabés, hay procedimientos médicos que ayudan a detectar algunas irregularidades. Sí, a veces ir al médico, realizarse estudios y análisis puede resultar un poco tedioso. Pero hay una buena noticia: en la mayoría de los casos, un chequeo anual es suficiente y la detección precoz de cualquier enfermedad posibilita un tratamiento efectivo.