Claves para tener una buena salud mental
Los seres humanos somos cuerpo y mente, de modo que para estar y sentirnos bien, necesitamos que ambos estén en equilibrio. Por lo tanto, del mismo modo en que nos preocupamos por comer saludable, hacer ejercicio e ir a médico también es importante que le prestemos atención a la salud mental.
La salud mental es el estado anímico que se expresa a través del comportamiento y la interacción con otras personas. Es decir, la salud mental determina cómo reaccionamos ante situaciones de estrés, cómo tomamos las decisiones en nuestra vida y cómo nos relacionamos con otros.
A continuación algunas recomendaciones para tener un equilibro entre el cuerpo y la mente.
Hacé actividad física: cuando nos ponemos en movimiento el cerebro libera endorfinas, una sustancia que desencadenan una sensación positiva en el organismo. Para mantener una buena salud mental se recomienda hacer ejercicio al menos tres veces por semana.
Elegí hábitos que te hagan bien: nutrí tu mente con música y prácticas que te generen tranquilidad, relajación y paz. También es importante evitar todo aquello que no nos suma, nos hace enojar o nos genera tensión.
Construí relaciones sanas: con tu familia, compañeros de trabajo, amigos, intentá siempre construir relaciones que tengan una comunicación fluida, clara, tranquila y que sean armónicas. Los humanos somos seres sociales, motivo por el cual es importante tener relaciones fuertes y saludables con los demás. Tener un buen apoyo social nos ayuda a protegernos contra los daños del estrés.
Hacé voluntariados o labores altruistas: ayudar a quien más lo necesita nos regocija como personas.
Organizá tu tiempo: llevar en una agenda todo aquello que tenemos y queremos hacer nos puede ayudar a organizarnos. Muchas veces, el estrés es causado por la presión de saber que uno tiene que hacer muchas cosas y la sensación de no llegar a hacer nada. No olvides de agendar siempre un momento del día especial para hacer aquellas actividades que más te gustan, ya sea para pintar, estudiar, bailar, salir a caminar o compartir con los tuyos.
Respirá: sí, lo hacemos todo el tiempo y no nos damos cuenta, pero la realidad es que en la respiración está el mejor método de relajación para los momentos de tensión. Practicar ejercicios de respiración y meditación de modo regular puede ser de gran ayuda para aquellos instantes en que estamos por perder los estribos.
Ocupá tu mente en actividades que te generen tranquilidad: pintar mandalas, leer, cantar, bailar, caminar, ver una película o serie, las opciones son infinitas. Lo importante es que busques aquello que te guste y te funcione para dispersar los problemas.
Practicar la gratitud: ser agradecido de las cosas buenas que tenemos en la vida nos ayuda a mantener una actitud positiva. Es importante generar momentos para darnos cuenta de alguna experiencia positiva que hayamos tenido. Practicar la gratitud puede ayudarnos a ver la vida de manera diferente.
También es importante reconocer cuando necesitamos ayuda. La terapia de conversación ayuda a transitar los momentos en los que nuestra salud mental se ve deteriorada. Si te sentís atrapado y no sabés cómo avanzar, ponete en contacto con un profesional de la salud.