Fonoaudiología: la importancia de los controles en los niños
Todo niño debe ser evaluado auditivamente, tenga o no antecedentes de riesgo auditivo. Desde hace unos años se logró el acceso de todo niño al estudio temprano de su capacidad auditiva y al tratamiento oportuno si lo necesita gracias al Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia.
Este programa indica que se le debe realizar a todos los recién nacidos un estudio denominado otoemisiones acústicas. Esta prueba es un primer e importante paso para saber si el bebé es, o podría ser, hipoacúsico. Es un examen simple, indoloro y atraumático. Tiene una duración de entre cinco a diez minutos. Es un estudio confiable que, en la medida de lo posible, debe hacerse antes de que el bebe cumpla los tres meses de nacido.
Este método mide las ondas sonoras producidas en el oído interno. Se introduce un pequeño auricular con micrófono en el conducto auditivo del niño, mediante este aparato se emite un sonido suave. La emisión de estos ecos nos dice si la cóclea está funcionando y el bebé oye normalmente. La respuesta ante este estímulo es analizada por equipo computarizado. ¿Cómo se analiza? Si registra respuestas positivas hay funcionalidad coclear; en cambio, si registra respuestas negativas se citará para una nueva prueba.
Como padres no deben preocuparse por una primera prueba negativa, ya que puede suceder que la repetición del estudio dé respuestas positivas. Si después de dos pruebas persisten las dudas sobre la audición del bebé es necesario realizar una interconsulta con un especialista.
Como padres es importante estar siempre atentos ante posibles señales de pérdida de audición mientras el niño vaya creciendo, incluso si el bebé pasa esta prueba para recién nacidos. Se recomienda realizar nuevos controles auditivos dentro de los primeros años de vida.
Hoy en día, el certificado de salud escolar (CUS) nos permite retomar los controles auditivos en los niños a su temprana edad. Es un examen médico que representa los cambios biológicos, normales o patológicos. Comienza a realizarse desde el inicio del nivel inicial en los niños para ser presentados en todos los establecimientos educativos.
Dentro de este examen se encuentra el análisis fonoaudiológico, allí no solo se evalúa el lenguaje, sino que también se realizan las pruebas auditivas. Estas son las que miden qué tan bien escucha un niño. Aunque las pérdidas auditivas puedan ocurrir a cualquier edad, los problemas de audición en la infancia y en la niñez temprana influyen directamente en el correcto desarrollo del lenguaje y del habla.
Para la entrega del CUS se realiza una audiometría tonal. Esta prueba implica exploración en ambos oídos por separado, evaluando las vías aéreas y óseas. Se le colocan al niño unos audífonos conectados a un aparato llamado audiómetro. Mediante este aparato se transmiten tonos puros a una frecuencia y volumen específico en cada oído, uno a la vez, y se le solicita al paciente que haga una señal cuando escucha el sonido.
Los controles auditivos permitirán optimizar la percepción del sonido en un entorno sonoro normal y evitar así el retraso en el desarrollo del lenguaje. La consulta fonoaudiológica funciona como un buen sistema de prevención. Ante cualquier duda, ¡conversalo con tu médico de confianza!