Mindfulness: una herramienta para mejorar la gestión del tiempo
Los avances de la tecnología y la posibilidad de estar conectados con todo el mundo 24/7 hace que estemos habituados a tener distracciones constantes en nuestras actividades diarias. Mientras estamos intentando realizar una tarea específica en el trabajo, nos llegan correos electrónicos, notificaciones, llamadas o algún compañero nos hace una consulta y esto es algo que, pareciera, no podemos evitar.
De alguna forma se ha vuelto un hábito no ser conscientes del momento presente. Estamos tan acostumbrados a estas distracciones constantes que terminamos desarrollando un estado de atención parcial a todo lo que hacemos.
Distintas estadísticas demuestran que en promedio pasamos once minutos concentrados en una actividad y, luego de una distracción, necesitamos mínimo dos minutos y medio para volver a concentrarnos. Este déficit de atención que está invadiendo a la humanidad hace que el concepto de mindfulness (o atención plena) se escuche cada vez con más frecuencia. ¿De qué se trata? Es un estado mental en el cual el cerebro se centra solo en aquello que percibe en el momento, sin estar pendiente del pasado o del futuro.
La atención plena es un estado mental ideal para perseguir objetivos y combatir distracciones. Más allá de “la buena fama” que se le dio al multitasking en el último tiempo, el cerebro no es una máquina multitarea y las distracciones constantes que tenemos no hacen más que generar estrés y ansiedad.
El objetivo de incorporar el mindfulness a las actividades laborales es intentar conseguir un estado de atención plena. Está demostrado que practicar la atención plena aumenta la creatividad, la claridad en la toma de decisiones y ayuda a disfrutar de lo que se está haciendo.
Es importante reconocer estas cuestiones en nuestra propia rutina porque la atención se puede entrenar. Es como un músculo que debemos ejercitarlo para que esté en forma y no se atrofie.
Ejercicios de mindfulness para practicar la atención plena
Pintar y colorear: en el último tiempo se puso de moda pintar mandalas, esa es una buena opción, pero no es la única. Pintar es un ejercicio que reduce el ruido interior y nos permite concentrarnos en una sola actividad. Nos conecta con nuestra parte más creativa y estimula la psicomotricidad.
Ejercicios de respiración: frenar un rato y concentrarnos únicamente en la respiración es una práctica crucial para tomar conciencia del presente. Se trata de la conexión más básica y simple con el ahora.
Cómo aplicar mindfulness en el trabajo
Establecer objetivos: es importante tener un norte, algo a lo que aspiremos a llegar. Establecé objetivos en lo laboral, pero también para los ámbitos personales. La mejor forma de estar bien es ser armoniosos en todos los aspectos de nuestra vida.
Definir una estrategia: ya identificaste los objetivos, ahora tenés que ver cómo los vas a lograr. Comenzá por el largo plazo, luego por el medio y después el corto.
Comenzá por lo más importante: anticipar lo importante antes de que se convierta en urgente es fundamental para evitar el estrés. Buscá un orden lógico para realizar las actividades e identificá aquellas actividades cruciales, de las que depende el 80% del resultado.
Planificá y delegá: establecé prioridades contemplando lo importante sé detallista, indicá fechas y plazos. En los casos que puedas, delegá actividades y hacé un seguimiento. Dejá un momento del día bloqueado en la agenda para pensar de forma libre y creativa.
Concentrate en una actividad a la vez: terminar las tareas da sensación de progreso y resulta ser estimulante. Un buen hábito es anotar las actividades del día en un cuaderno e ir tachando las que ya hiciste. Evitá las interrupciones y tratá de no interrumpir a otros; planificá reuniones, encuentros, tomate el tiempo necesario para bajar las ideas en un escrito.
Cuidate: a veces caemos en la tentación de sobrecargarnos de actividades con el afan de “hacer todo”, pero el cansancio y el estrés que genera esto nos termina jugando en contra. Buscá la calidad en el trabajo, más que la cantidad. Es indispensable que también te dediques tiempo a vos mismo, y cuides tu cuerpo y mente.
A veces parar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo es el mejor método para ser más eficaces. El fin de año aumenta nuestros niveles de estrés, así que es importante que frenes un ratito, analices y veas qué podés cambiar para mejorar tu calidad de vida.