Síndrome del burnout: qué es y cómo prevenirlo
La aparición del COVID-19 trajo aparejado muchos cambios, entre ellos nuestra relación con el trabajo. La nueva normalidad, para muchos, significó llevar el trabajo a casa, cambiar de puesto o de tareas, y casi sin darse cuenta, también implicó dejar de respetar los horarios y estar conectados con lo laboral 24/7. Estas características hacen que las personas no se puedan desconectar 100 % de su trabajo, llevando los cuadros de estrés al límite. Identificar estas situaciones es el primer paso para evitar caer en el síndrome del desgaste profesional o burnout.
El burnout es una enfermedad que deteriora la salud física y mental de las personas y hace alusión a la idea de un trabajador quemado o fundido. Esta patología se da cuando se afronta de modo inadecuado situaciones de estrés crónico, generando agotamiento emocional y disminución del rendimiento ocupacional.
El síndrome del desgaste profesional se relaciona con ciertas características de los puestos laborales, como la atención al público, cargos que implican una gran responsabilidad, actividades monótonas, frecuentes jornadas laborales prolongadas y la relación con jefes demandantes o exigentes.
Ansiedad, depresión, irritabilidad, pérdida de apetito, caída del cabello, tensión mandibular, cambios en el peso corporal y disminución de la líbido son algunas de las manifestaciones que puede presentar este síndrome.
¿Cómo afrontar un síndrome de burnout?
El primer paso es identificar el problema. Una vez que somos conscientes de lo que nos está sucediendo podemos comenzar a realizar cambios en el entorno y en nosotros mismos. Si sentís que la carga laboral te sobrepasa es importante pedir ayuda, tanto dentro del entorno laboral como con un profesional de la psicología. A continuación, algunas medidas que podés tomar para hacerle frente al desgaste profesional:
Hacé actividad física: sí, lo vas a leer en muchas de nuestras notas. El ejercicio ayuda a descargar tensión. Si no hacés habitualmente ninguna actividad, podés optar por salir a caminar durante al menos 30 minutos. De este modo, ayudarás a tu mente a despejarse y a pensar en otras cosas.
Practicá la conciencia plena: es muy importante conectar con el ahora, para esto podés hacer yoga o meditar. En esta nota encontrarás tips para empezar a meditar.
Sociabilizá: siempre teniendo en cuenta los cuidados necesarios (y en lo posible al aire libre), organizá encuentros con tus seres queridos, ya sean familiares o amigos. El reconectarnos con los nuestros nos ayuda a recordar las cosas importantes de la vida y a estar más presentes en el aquí y ahora (y no tanto en el futuro).
Establecé límites: no quieras hacer todo, no te sobreexijas hasta llegar al agotamiento. Aprender a decir «no» cuando algo nos va a sobrepasar es un modo de cuidar el cuerpo y la mente.
Desconectate: parece una obviedad pero no está de más recordarlo, respetá el horario laboral. Apagá la computadora y no revises el correo fuera del horario de oficina (salvo que sea estrictamente necesario).
Ser conscientes de lo que nos pasa es el primer paso para mantenernos sanos y fuertes. Recordá apoyarte en tu profesional de confianza cuando las cosas te exceden. Sacá turno acá.